Las lesiones por presión deterioran el estado de salud de quienes las padecen, afectando su calidad de vida, y también de forma considerable a sus familias y cuidadores.
Son lesiones que aparecen luego de una exposición de presión por tiempo prolongado entre una protuberancia ósea y el tejido que la recubre. Van desde un eritema en la piel, hasta una exposición de huesos y tendones.
Son fácilmente evitables con productos hidratantes, emolientes y protectores sobre la piel, en algunos casos también se utilizan espumas, cojines y colchones que favorecen a la no generación de heridas, así como los cambios posturales continuos.